PRODUCTOS CON SELLO: Euskal Txakolina

Bizkaiko Txakolina, Gipuzkoako Txakolina y Arabako Txakolina. Tres Denominaciones de Origen, tres vinos similares pero, a la vez, diferentes. El txakoli es el vino por excelencia del País Vasco, que ha existido durante siglos producido en los baserris (caserios), fermentado en viejos barriles de roble y de consumo local. Su producción fue disminuyendo poco a poco hasta que a finales del siglo XX y principios del XXI, algunas variedades recibieron el certificado de Denominación de Origen, momento que estimuló su recuperación y marco un importante proceso de mejora de su calidad.

El txakoli de Bizkaia se produce principalmente en las comarcas de las Encartaciones, Uribe, Urdaibai, Lea Artibai, Nervión y Duranguesado, a lo largo y ancho de aproximadamente 400 hectáreas. Se trata de un territorio de clima atlántico, húmedo y templado, con temperaturas suaves en verano gracias a la proximidad del mar, que facilita una lenta maduración de la uva. Los viñedos vizcaínos se cultivan en espaldera quedando definitivamente olvidadas las parras tradicionales de los caseríos vascos.

El área de producción del txakoli de Gipuzkoa, o Getariako Txakolina, se encuentra próxima a la costa, en las pendientes del sureste, protegida así de los vientos marinos y con mayor insolación. Se cultiva en pendientes escarpadas, donde las vides son guiadas con alambres o «flotan» sobre pilares de tierra. Este tipo de txakoli se diferencia muy bien del resto ya que se sirve a distancia sobre vaso ancho y chato, de un modo que recuerda la forma de escanciar la sidra.

El txakoli alavés es una Denominación de Origen producida, principalmenrte, en el Valle de Ayala (Álava), en un entorno con infliencia del océano atlántico, con grandes precipitaciones, incluso con el riesgo de las heladas de primavera en las laderas de Sierra Salvada. Se trata de un vino blanco con unas características singulares que nada tiene que envidiar a los muy conocidos vinos tintos de la rioja alavesa.

Para degustar cualquiera de los tres, acompañados de un buen pescado llegados a los puertos vascos, en pleno otoño y refrescarnos en las buenas temperaturas de las últimas semanas.